Nací con la mirada puesta en las estrellas y los pensamientos anclados en las profundidades del alma. Desde muy joven descubrí que el universo no era solo un espacio exterior, sino también un reflejo de lo que habita en nuestro interior: galaxias de ideas, constelaciones de recuerdos y agujeros negros de emociones que tragan luz y sentido.
La ciencia ficción se convirtió en mi lenguaje secreto. No solo como un género literario, sino como una forma de entender el mundo: un puente entre lo posible y lo imposible, entre la fría precisión de la ciencia y la infinita imaginación de la mente humana. A través de mis historias, exploro planetas desconocidos, realidades alternativas y futuros que podrían ser, pero que, sobre todo, hablan de lo que somos aquí y ahora.
La oscuridad siempre me ha atraído, no como amenaza, sino como territorio de revelación. Creo que en las sombras se esconden verdades que la luz no siempre permite ver. Es allí donde el alma se muestra sin máscaras, vulnerable y a la vez inmensamente poderosa. Mis escritos beben de esa dualidad: el choque entre la esperanza y el vacío, la lucha silenciosa de lo humano frente a lo infinito.
Escribo porque las palabras son mi nave estelar, mi brújula y mi refugio. Son el medio con el que viajo entre dimensiones de pensamiento, donde lo cósmico y lo íntimo se abrazan. Cada página que creo es una exploración: del universo exterior, con sus misterios insondables, y del universo interior, con sus emociones y fantasmas.
Vorssaeth no es solo un nombre; es una identidad forjada entre la luz de las estrellas y la penumbra de las profundidades humanas. Mi misión es contar historias que inviten a soñar, cuestionar y sentir. Historias que nos recuerden que, aunque el vacío nos rodee, siempre habrá algo dentro de nosotros que arda con la fuerza de una supernova.
Esta es mi travesía. Y apenas estoy comenzando.